ÍNDICE
- El papel del sistema endocannabinoide en el metabolismo
- Cannabis y apetito
- ¿Adelgazar con CBD?
- Las propiedades del Cannabidiol en nuestro organismo
- El aceite de CBD ayuda a mantener bajo el riesgo de diabetes y obesidad
Desde que la ciencia comenzó a investigar los efectos del cannabidiol (CBD) en el metabolismo humano, cada vez más grupos de investigación trabajan para comprender mejor la naturaleza y la eficacia real del CBD. Una línea de investigación se refiere a la acción del CBD en nuestro sistema endocannabinoide.
Actualmente se conocen dos receptores cannabinoides, llamados CB1 (identificado por primera vez en 1990) y CB2 (descubierto tres años después, en 1993).
Ambos receptores están presentes en varias partes del cuerpo, desde el cerebro hasta los riñones y el hígado. La razón del interés científico por explorar los mecanismos de acción del CBD es que, año tras año, han surgido más y más pruebas de los potenciales efectos beneficiosos de este ingrediente activo del cáñamo.
El papel del cannabis en el metabolismo es una de las cuestiones que la investigación científica está investigando desde hace relativamente poco tiempo. Más recientemente, varias publicaciones han intentado hacer un balance del papel del CBD en el metabolismo y sus posibles efectos positivos en la reducción del tejido adiposo.
El papel del sistema endocannabinoide en el metabolismo
En marzo de 2018 se publicó 'Cannabinoid Receptors and the Endocannabinoid System: Signaling and Function in the Central Nervous System', la revisión de los estudios realizados hasta ahora sobre la relación entre los principios activos del cannabis y nuestro sistema endocannabinoide.
La revisión se publicó en el International Journal of Molecular Science y fue coordinada por Shenglong Zou y Ujendra Kumar, del departamento de farmacología de la Universidad de British Columbia en Vancouver.
Los autores reiteraron que los efectos biológicos de los cannabinoides, los principales ingredientes activos de la planta Cannabis sativa, son transportados por los dos receptores cannabinoides CB1 y CB2. Los efectos del CBD sobre los dos receptores han atraído mucha atención por su potencial terapéutico en varios campos médicos.
Según los autores, el cannabidiol (CBD) ha demostrado una amplia gama de efectos farmacológicos terapéuticos prometedores, ya sea tomado solo o en combinación con otros fármacos indicados para la terapia.
Sin embargo, los mecanismos reales de acción del CBD aún no se han investigado por completo. Por el momento, se sabe que los dos cannabinoides CB1 y CB2 son activados por compuestos endógenos (endocannabinoides) y participan en muchos procesos fisiopatológicos (como la regulación de la percepción del dolor, el sistema cardiovascular, el sistema gastrointestinal y la función hepática).
El sistema endocannabinoide regula, entre otras cosas, el equilibrio energético y el metabolismo. Nuestro sistema endocannabinoide también cuenta con enzimas metabólicas y participa en el transporte de nutrientes y la obtención de energía. Dos cannabinoides (anandamida y 2-AG 2-araquidonilglicerol) actúan sobre los dos receptores CB1 y CB2 que, al ser estimulados por el CBD, contribuyen más a la absorción de los alimentos y sus nutrientes.
Cannabis y apetito
La relación entre el cannabis, la dieta y la estimulación o la reducción del apetito es objeto de un amplio debate, y aún no se ha llegado a una conclusión clara. Aunque se sabe que el ingrediente activo THC puede estimular el apetito -un fenómeno comúnmente conocido como "hambre química"- no hay pruebas científicas consistentes de que el THC esté directamente relacionado con el aumento de peso.
En 2011, un estudio de Yan Le Strat, psiquiatra de la Universidad de París, descubrió que, paradójicamente, los consumidores habituales de cannabis tienen una menor incidencia de obesidad. El autor presentó datos puros, obtenidos a partir de dos estudios epidemiológicos representativos de la población estadounidense de edad avanzada: la National Epidemiologic Survey on Alcohol and Related Conditions (NESARC; 2001-2002) y la National Comorbidity Survey-Replication (NCS-R; 2001-2003).
El consumo de cannabis, según las muestras, puede estar asociado a un menor índice de masa corporal. Sin embargo, Le Strat dejó claro desde el principio que estos resultados deben ser investigados más a fondo para ver si la correlación existe realmente o si se debe a una interacción entre otras variables.
A la hora de hablar de los efectos del THC en la estimulación de la sensación de hambre, merece la pena tener en cuenta un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Yale y publicado en Nature, en el que se explican las bases fisiológicas de esta típica "hambre" que provoca el cannabis. Los investigadores analizaron las neuronas que se activan en el circuito del receptor CB1, las células notorias del sistema endocannabinoide, y las neuronas pro-opiomelanocortina (Pomc) que transmiten y hacen sentir la sensación de saciedad.
El estudio, realizado en ratones, consistió en la estimulación de las neuronas del centro. Los investigadores querían comprobar si la activación de los receptores CB1 en ratones con el estómago lleno provocaba una menor actividad de las neuronas Pomc y, por tanto, que tuvieran hambre.
Los investigadores observaron que las neuronas Pomc no disminuían su actividad, sino que la aumentaban: a pesar de la activación del mecanismo que transmite la sensación de saciedad, los ratones seguían comiendo.
Descubrieron que las neuronas Pomc liberan normalmente una hormona (α-hormona estimulante de los melanocitos) que desencadena la saciedad y la beta endorfina, una sustancia que da sensación de bienestar. Cuando las neuronas Pomc son activadas por los ingredientes activos de la planta de cannabis, sólo son capaces de liberar beta endorfina. En esencia, las neuronas ya no liberan la hormona que nos indica que es hora de dejar de comer porque hemos alcanzado la saciedad.
El hecho es que, hasta la fecha, predomina la incertidumbre, y la respuesta a la pregunta "¿engorda el cannabis?" aún no tiene respuesta definitiva.
Lo cierto es que, para dar una idea de la situación actual, investigadores de la Universidad de Montreal, en una publicación en Pharmacology Biochemestry, han afirmado claramente que el cannabis puede provocar tanto un aumento como una pérdida de peso, teniendo en cuenta un conjunto de factores que tienen que ver con las particularidades tanto del usuario como de su físico, así como el tipo de consumo que se realiza.
En esencia, aunque el cannabis que contiene THC puede estimular una sensación temporal de apetito, no hay datos suficientes que demuestren que se trata de episodios extemporáneos que no deben relacionarse directamente con el aumento de peso a largo plazo.
¿Adelgazar con CBD?
Empecemos con una premisa. No existen "varitas mágicas" para perder peso en poco tiempo y sin ningún esfuerzo, y un producto o sustancia concreta -en este caso el CBD- no debe elevarse a remedio inmediato de los kilos de más. Una dieta saludable, tal vez acordada con su dietista, y una actividad física regular son los ingredientes para una pérdida de peso eficaz y saludable.
Sin embargo, recientemente, además de las propiedades de los cannabinoides presentes en el Cannabis sativa, la comunidad científica ha dado los primeros pasos para comprobar los posibles efectos terapéuticos del cannabis derivados de su acción sobre el metabolismo humano.
Uno de los primeros estudios que indican un posible papel del CBD en el consumo de grasa corporal se remonta a unos años atrás, a 2016, y fue realizado por un equipo de investigación coreano.
El estudio, publicado en Molecular and Cellular Biochemestry, describe cómo el cannabidiol (CBD) es capaz de actuar de tres maneras diferentes en las células grasas llamadas preadipocitos.
Según el estudio, el CBD aumenta la capacidad de quemar calorías, ayuda a descomponer la grasa y disminuye los mecanismos por los que se crean nuevas células grasas en el cuerpo.
A partir de estas observaciones, los investigadores concluyeron que este conjunto de mecanismos debería seguir siendo investigado para una posible aplicación terapéutica del cannabis para el tratamiento de la obesidad.
Además, el cannabidiol (CBD), a diferencia del THC, no actúa sobre los mecanismos que subyacen de una repentina e infundada sensación de apetito. En otras palabras: el CBD no causa hambre.
Las propiedades del Cannabidiol en nuestro organismo
La investigación científica demuestra cada día más las grandes propiedades del cannabidiol en nuestro organismo. La Organización Mundial de la Salud considera que el CBD es seguro, no tiene efectos secundarios importantes y es prometedor en varios ámbitos.
Entre las diversas áreas de investigación de los efectos del cannabidiol, una de las más recientes es la investigación de su potencial para apoyar el consumo de calorías. Todavía no hay nada definitivo y la investigación continúa.
Mientras esperamos a ver si el CBD puede ser realmente una ayuda valiosa para una dieta equilibrada, podemos utilizar con seguridad el aceite de CBD extraído de la planta de cáñamo como ingrediente de nuestras propias recetas, quizás como parte de un plan personal de dieta equilibrada.
El aceite de CBD ayuda a mantener bajo el riesgo de diabetes y obesidad
El papel del cannabis en el metabolismo es, por tanto, una de las cuestiones que la investigación científica ha empezado a investigar hace relativamente poco, pero con mayor curiosidad e interés.
Varios estudios han demostrado que los consumidores habituales de cannabis tienen un índice de masa corporal más bajo, un menor perímetro de cintura y un menor riesgo de diabetes y obesidad.
Uno de los primeros estudios que indican un posible papel del CBD en el consumo de grasa corporal fue realizado hace unos años, en 2016, por un equipo de investigación coreano.
El estudio, publicado en Molecular and Cellular Biochemestry, describe cómo el cannabidiol (CBD) es capaz de actuar de tres maneras diferentes en las células grasas llamadas preadipócitos.
Según el estudio, el CBD aumenta la capacidad de quemar calorías, ayuda a descomponer la grasa y disminuye los mecanismos por los que se crean nuevas células grasas en el cuerpo.
A partir de estas observaciones, los investigadores concluyeron que este conjunto de mecanismos debería investigarse más a fondo para una posible aplicación terapéutica del cannabis para el tratamiento de la obesidad.
Un informe de 2011 publicado en el American Journal of Epidemiology, basado en una encuesta de más de 52.000 participantes, concluyó que las tasas de obesidad son aproximadamente un tercio más bajas entre los consumidores de cannabis.
Esto es así a pesar de que los participantes tienden a consumir más calorías al día, lo que está relacionado con la estimulación de la grelina por parte del THC, una hormona que aumenta el apetito pero que también potencia el metabolismo de los carbohidratos.
Un estudio de 2006 titulado "El cannabidiol reduce la incidencia de la diabetes en ratones diabéticos no obesos" demostró que el CBD tiene la capacidad de reducir la incidencia de la diabetes en ratones de laboratorio.
Según este estudio, el CBD puede inhibir y retrasar la insulitis degenerativa y la producción de citoquinas inflamatorias, reduciendo la incidencia de la diabetes.
En 2015, un grupo de estudio conjunto de Israel y EE.UU. comenzó a trabajar en una nueva fase de uso del CBD como tratamiento de la diabetes.