El vaporizador es una herramienta que ha cobrado importancia en los últimos años. Es un dispositivo utilizado para vaporizar ciertas sustancias con el fin de inhalarlas. Hay muchos tipos de vaporizadores: se pueden vaporizar sustancias secas (como hierbas o cannabis) o líquidas (como aceites o soluciones con diversos aromas), razones para elegir esta forma de consumo.
1 - Dejar la nicotina de una vez por todas
El cannabidiol (CBD) se utiliza a menudo en lugar de la nicotina para ayudar a las personas que quieren dejar un mal hábito/adicción.
El CBD tomado a través de un vaporizador es un sustituto muy útil que puede ayudar a las personas que quieren dejar la nicotina, en forma de cristales de CBD puro al 99%, por ejemplo.
2 - Evitar la combustión de sustancias
La vaporización permite evitar la inhalación de todas aquellas sustancias nocivas resultantes de la combustión.
No sólo el tabaco con nicotina es perjudicial para el organismo humano cuando se quema y se inhalan sus vapores. El humo generado por la combustión no beneficia en absoluto a nuestro organismo. El vaporizador resuelve el problema.
No hay combustión y no se saca "humo". La vaporización del cannabidiol reúne dos elementos fundamentales: la renuncia a la combustión y al tabaco. Dos pasos fundamentales en el camino hacia la salud*.
*En muchas ocasiones hemos mencionado lo perjudicial que es el humo del cigarrillo para la salud. Si es fumador, deje de fumar lo antes posible. Si necesita ayuda para ello, aquí le dejamos diferentes herramientas que pone a disposición el Ministerio de Sanidad español.
3 - Reducir el derroche
La combustión es una reacción química que implica el desarrollo de calor. Normalmente, la temperatura que se encuentra en un cigarrillo encendido está entre 200 y 400 C°.
En el caso del cannabis, esto significa que se pierde una gran proporción de los ingredientes activos. El vaporizador, en cambio, es el sistema ideal para disfrutar del 100% de los principios activos.
Es una cuestión de química y temperatura. Los terpenos, que hacen que el olor y el sabor de la planta de cannabis sean únicos, se vaporizan a unos 126 °C, mientras que el THC lo hace a 157 °C. El cannabidiol (CBD), en cambio, se vaporiza a una temperatura de entre 160 y 180 °C, que en cualquier caso es mucho más baja que las temperaturas que se encuentran en la combustión.
En consecuencia, gracias al vaporizador evitamos desperdiciar y -literalmente- quemar parte del cannabis que deseamos consumir.
4 - Mejorar la experiencia: gusto, sabor y aroma
El olor a humo es comprensiblemente molesto para muchas personas.
El vaporizador elimina este problema de raíz y le permite disfrutar plenamente del producto que está disfrutando. El aroma y la fragancia de los terpenos se extiende gradualmente y te permite "conocer" el cannabis que estás vaporizando.
Los ambientes nunca estarán impregnados de humo, lo que es beneficioso para todos.
Los relatos de las experiencias positivas de quienes se han pasado el vaporizador han permitido descubrir el cannabis desde un punto de vista diferente, saboreando los aromas como nunca antes.
5 - Adaptación a cualquier necesidad
Tanto si se utiliza el CBD como un agradable recreo al final de la jornada laboral o para aliviar un determinado dolor crónico, el vaporizador permite adaptar el consumo y la dosis a cualquier necesidad.
Basta con decir que algunos modelos de vaporizadores permiten el uso de sustancias secas (por ejemplo, las hojas de la planta de cannabis) o de sustancias líquidas como el aceite de CBD o los cristales de CBD. Flores, cristales, aceites: el vaporizador permite disfrutar al máximo del cannabidiol para garantizar el bienestar de todos.
Si estás dispuesto a probar el uso de un vaporizador, no olvides consultar nuestra guía para usar y elegir el vaporizador adecuado para ti.